domingo, noviembre 12, 2006

Atrapado


Arañas desesperadamente la superficie de las planas paredes que te retienen. La estancia se reduce por momentos y no ves ninguna rendija por la que entre alguna clase de luz que ilumine la oscuridad que te rodea. Gritas desesperadamente pero nadie te oye, mientras inexorablemente vas consumiendo todo el aire respirable. Estás atrapado y no eres capaz de encontrar ninguna salida, mientras el vacio te oprime lentamente, llevandote a donde nunca antes habias estado. Solo, sin más compañía que el eco de tus propios lamentos en aquellas paredes, unicamente te queda tumbarte a esperar que la muerte te llegue lo antes posible.