jueves, noviembre 02, 2006

Miedo


Aquellas notas fluian por la estancia, acompasandose al ritmo de un corazon que aún latía con dificultad. Palabras de amor y dolor, a veces familiares, otras desconocidas, que consiguieron despertar en ti ciertas sensaciones y recuerdos olvidados a la fuerza. Cerraste los ojos como acto de protección, tratando de contener las lagrimas y deseando que todo quedase atrás de una vez. Seguía siendo doloroso recordar aquellos momentos en los que te sentiste vivo, en los que todo parecía tener sentido. Como la melodia, los recuerdos fluían y volviste a ver como los pilares de aquella felicidad se derrumbaban uno tras otro, fruto de la incapacidad para el entendimiento y el rencor. Mientras recorrias el pasado, percibiste un atisbo de aquel dolor, mirandote fijamente a los ojos, y fue entonces cuando tuviste que afrontar el miedo de un alma hecha jirones a seguir viviendo. El miedo a volver a sentir aquel dolor, a arriesgarte a despertar de aquel sueño en el que te hallabas preso y tomar un nuevo camino. El miedo a que la luz que comenzabas a ver no fuese más que un presagio de la caida en la más absoluta oscuridad, encerrandote aún más en lo profundo de un abismo de miseria emocional. Mientras las palabras seguían brotando con musicalidad de aquella sonrisa que emanaban sus ojos, sentiste miedo a vivir por miedo a morir de nuevo.