Carpe Diem

Cada segundo se desliza sin dejar rastro, cada momento se convierte en historia sin que apenas seas capaz de asimilarlo. El tiempo discurre lento pero inexorable, y la barrera entre presente y pasado se te hace imperceptible. Tratando de fijar tu atención en el futuro, solo dejas que la arena del momento actual se escurra entre tus dedos sin ser capaz de percibir su textura. La mera existencia se convierte en la forma en la que los días transcurren por tu ser, sin mayor pena ni gloria. Pero entonces despiertas de tu letargo, entumecido por un aislamiento en el que te sumiste para proteger tu alma. Mejor vivir cada momento al máximo, por doloroso o placentero que pueda ser, que vivir sumido en la incertidumbre de lo que podría o pudo ser. De esta forma te levantas, aun manchado con la sangre de las heridas abiertas, y lanzas al horizonte una mirada desafiante. Sonríes, aún estas vivo.