lunes, enero 09, 2006

Presión


Arde bajo tu piel, tus venas se encuentran al borde de una explosión que se anuncia como una leve sensación de ausencia en tu cabeza. Tu respiración se agita, comienzas a percibir que unos jadeos involuntarios salen de ti sin poder evitarlo. Tu corazón se desboca, preso de una fuerza que no puedes controlar, gritando por escapar de tu pecho, sacudiéndote con escalofrios que invaden tu espalda de arriba a abajo. El mundo se vuelve borroso, un timido reflejo de lo que es realmente. Tu percepción se reduce y se concentra en la presión, en como te retuerce a su antojo, convirtiendote en una marioneta cuyos hilos estan movidos ahora por la mano de las mas antiguas fuerzas de la naturaleza, en una acción que no sabes si calificar como de autodefensa o de colapso. Los espasmos se adueñan de tu voluntad de movimiento, tus jadeos se convierten en gritos de horror, liberando a tu subconsciente de su oscura prisión. Te conviertes en un simple espectador de tus actos, unicamente esperando a volver a ser la fuerza predominante dentro de tu propio cuerpo, buscando la calma tras la tempestad. Pero siempre una parte de ti muere cuando cedes paso a tu otro yo, aunque sea temporalmente.